El legado de Jackson Pollock es de ran importancia ya que marca un cierre en la historia del arte pictórico, pero al mismo tiempo abre uno nuevo camino.
En su obra podemos apreciar lineas, puntos y chorreados los cuales se vuelven los principales aactores de la obra, dejando atrás la representación de objetos o formas reconocibles.
Al poner el bastidor sobre el piso, se podría decir que Pollock estaba “en” su trabajo, pintar se volvía una especie de ritual, de una danza sobre la tela, la cual deja sus huellas para después poder leerlas y percatarnos de su movimiento al observar la obra. La obra de Pollock es el registro de una acción.
No existe un comienzo o u final, no hay una sola forma de "entrar" a la obra de Pollock, es mas bien un acontecimiento.
EL arte de Pollock, parece ser infinito, el que no se limitara por los bordes de un bastidor, genera este efecto. La extraña combinación de extrema individualidad hace el trabajo extremadamente potente, pero también indica un marco más grande de referencia psicológica.
Las pinturas de gran escala son tan poderosas que generan ambientes, la obra se sale de sus límites. El tamaño de la obra da como resultado el ser enfrentados, asaltados y jalados hacia adentro. Nuestro mundo habitual de convenciones y hábitos, es reemplazado por aquel creado por el artista. La pintura continúa a través del cuarto. Experimentamos un especie de extensión espacial. Nos volvemos partícipes en vez de espectadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario